CABALLO ARABE




El caballo árabe se considera el fundamento de las razas del mundo, pues ha desempeñado un papel significativo en la evolución de casi todas las razas reconocidas. Es un caballo que se caracteriza por su resistencia, inteligencia, salud y belleza.
Una de sus características más significativas es su cabeza, "descarnada", corta y muy fina. Su perfil presenta una línea notblemente concava con la frente convexa, en forma de escudo que en árabe recibe el nombre de jibaah. La nariz es pequeña, pero los ollares son amplios y se pueden distender considerablemente. Los ojos son grandes, brillantes y expresivos. Las orejas son pequeñas y con una curvatura caracteristica de la punta hacia el interior. La movilidad de la cabeza esta dada, por el arco caracteristico que se forma en por la unión de el cuello y la cabeza (mitbah), mientras mayor es este arco el caballo tendrá más facilidad de voltear en cualquier dirección.
Su cuerpo es compacto, con el dorso corto y ligeramente cóncavo. La grupa es larga y plana. Las extremidades son largas, delgadas y resistentes, con pocos defectos de conformación debido a la cuidadosa selección de ejemplares que se ha llevado a cabo a través de los años.Su andar en general, da la impresion de que el caballo va suspendido en el aire, como si se moviera sobre muelles invisibles, además de ser característico el porte de la cola, ya que cuando el caballo se mueve la lleva en alto. La textura del pelo de la crin y la cola es fina y sedosa.
En el Corán, al caballo se le llama "la bendición suprema", que "trae alegría al mundo, ricos botines y recompensa eterna".
La siguiente es la explicacion que el emir Abd-el-Kader (1808-1883), dió sobre la creación del caballo árabe: Cuando Dios quiso crear el caballo, le dijo al viento del sur "condensate, deseo que una criatura proceda de ti". Y el viento se condensó. Entonces apareció el arcángel Gabriel, quien, tomando un puñado de esta materia, la presentó a Dios, el cual formó de ella un caballo castaño oscuro o alazán tostado, a la vez le dijo: "te hago árabe y te doy el color alazán de las hormigas; he depositado en el tupé que cuelga entre tus ojos la felicidad; serás señor de todos los animales. Los hombres te seguirán dondequiera que vayas; serás tan veloz en la lucha como en la huida; transportaran riquezas en tu dorso y traerás fortuna con tu mediación." Entonces colocó en el caballo la señal de gloria y felicidad, un lucero blanco en la frente.